Reseña: No es amor, es sólo París - Patricia Engel

No es amor, es sólo París | Patricia Engel

Grijalbo | Octubre 2014

240 páginas

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Una joven estadounidense llega a la Casa de las Estrellas, una residencia de chicas en París, donde ha venido a estudiar. Una historia sobre la búsqueda de un hogar lejos del hogar, la búsqueda de uno mismo y la búsqueda de la pasión.
"El amor no es un accidente; no cae del cielo como la lluvia. El amor es un plato cocinado con esmero por dos personas que luego se sentaran a degustarlo juntas."
La joven Lita ha viajado a París con la excusa de aprender bien el idioma, aunque lo que de verdad desea es vivir una apasionada historia de amor. Pero, mientras pasea por las hermosas calles de la capital francesa, ni siquiera sospecha que este sentimiento es tan intenso, tan poderoso, como el que la invadirá cuando conozco a Feliz de Manou, Cato para sus amigos, un joven aparentemente inalcanzable, desarraigado y con una infancia triste a su espalda.
Pero Lita y Cato son como el día y la noche, dos opuestos que parecen tenerlo todo en contra. Todo menos los encantos de una ciudad mágica, capaz incluso de hacer realidad los amores más imposibles. 

Gracias a RHM por el ejemplar

Ok, Definitivamente no sé por dónde empezar a hablarles de este libro, tengo una mezcla de ideas en la cabeza que, les aviso, puede que me cueste ordenarlas. Y si se me sale el odio por los poros letras, lo lamento, ha sido inevitable. Aclarado esto, allá vamos: 

Lita es la hija de inmigrantes colombianos que han llegado a USA. Su padre ha creado un negocio millonario de la nada y su madre, una ex novicia, da cobijo a todos quienes llegan por primera vez a Estados Unidos y les da un punto de partida. Con dos hermanos más, hacen una familia de lo más buena, generosa y preocupada. Eso es el antes, porque la historia en sí comienza cuando Lita decide partir a Francia para estudiar el idioma in situ, y llega a habitar la "Casa de las Estrellas", una casa que dirige una antigua señora de familia acomodada en la que viven chicas de distintas edades y países. Lita en un comienzo sigue su vida como un pollo asustado y se encierra bastante en si misma, hasta que comienza a salir, a conocer gente... Y en una de estas fiestas, conoce a Cato, un chico bastante introvertido, con el que siente una conexión inmediata. Cato viene de una familia inestable, y tiene un padre que es conocido por ser un político de mente cerrada y aterradora, pero nada de eso los detiene de comenzar un romance donde "las chispas saltan."

-No dispongo de mucho espacio -dije.
Mi cama se veía muy pequeña, arrimada a un rincón, y de repente, me sentí fuera de lugar,
No sabía qué hacer a continuación. ¿Caeríamos sobre la cama, arrasados por una loca pasión o nos mostraríamos titubeantes? En su casa el cuarto de invitados había servido en cierto modo de refugio; pero allí sólo contaba con mi pequeña habitación y con una cama más pequeña aún. 

Decepción. Es lo primero en lo que pienso cuando pienso en este libro. Fue una de esas lecturas que en verdad no le tienes muchas expectativas porque realmente no sabes nada sobre él, pero transcurría en Francia y eso para mi ya era suficiente. Bueno, gran error. 

No es amor, es sólo París es una historia que seguramente más de alguno puede comenzar a leer por la misma razón que hice yo y sí, lo admito, las primeras páginas están bien hechas, te introducen bien a la historia y te atrapan; Hasta que aparece Cato y todo se va al carajo. Así de categórica. Esta llena, por donde se la mire, de los tópicos comunes en la literatura romántica, desde el: Chico conoce a chica y sienten una atracción inmediata, el crecimiento personal, la "superación." Bueno, pues me sobró todo eso y me faltó mucho de todo, me faltó pasión, me faltaron mariposas en la panza, me faltó credibilidad, me faltó que la autora supiera conocer a sus personajes, lo que es para mi opinión, algo que mata a una historia de un principio. 

Como ninguno de los dos protagonistas me han caído bien y siento que tienen las mismas fallas, me voy a tomar la libertad de hablarles como si fuesen uno solo: Lita y Cato son ambos introvertidos, tímidos y extraños con ellos mismos, no se conocen. Lo que me lleva al primer aleluya de por qué la historia de amor, que podría haber sido tan bonita, resultó tan mediocre: No puedes querer a alguien si no te quieres a ti mismo primero, si no te conoces. Ninguno de los dos tiene fuerza y pasan por la vida como si nada, no hay emociones en nada de lo que hacen. De los dos, la que peor me ha caído ha sido Lita, a la que no le pude sacar durante todo el libro la etiqueta de "Hijita de Papá", lo que me molestó de sobremanera. Eso de dejar los estudios de lados por pasar tiempo con tu novio, no me gusta ¡Que tus papás te mandaron a estudiar a otro país, so tonta, aprovecha! Sal del caparazón y disfruta. Lo peor de todo, es que no sentí que Lita creciera para nada durante el libro (y se supone que de eso iba todo...)

De los personajes secundarios sólo rescato a la Madamme que organizaba la vida en la Casa de las Estrellas (cuyo nombre no recuerdo), porque es la que le ha dado la pizca de picardía que faltaba en todo esto, lo que a mi parecer, debería de haber tenido como obligación una historia que transcurría en Francia. El resto de las chicas que vivía con Lita pecan un poco de ser también Hijitas de Papá, y realmente ninguna me caló hondo como para traerla a la reseña. Lo que apesta, la vida no es nada sin buenas amigas.

A mi parecer es demasiado larga, y eso que sólo tiene 240 páginas. Intenté muchas veces meterme en la historia, pero el avance lento y aburrido y la pluma de la autora se encargaron de que fuera imposible. Engel se preocupa muchas veces de dar demasiados detalles que no vienen al caso. Les dije ya que siento que no conoce a los personajes, lo que creo que fue el error principal del libro y de que al amor, que era lo importante, se me hiciera muy falso y apagado. Me faltó leer de la magia de París, de las calles, de la gente que ahí vive. Me faltó vida en toda la historia y no sé a quién culpar por esto, porque me frustra muchísimo. (mentira, si sé a quién culpar). Es lo primero que leo de Patricia Engel y, a decir verdad, no creo que vuelva a leer nada más de ella. 

No es amor, es sólo París es un libro que se pierde entre el amor y el crecimiento personal, y que no sabe, lamentablemente, llevar a cabo ninguna de las dos cosas. Me ha dejado en deuda con la magia parisina y para mi, que soy una romántica empedernida, ha sido un pecado casi capital.

Puntuación: 2 / 5

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